Death Note Volumen 1 de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata

"Aburrimiento" 

(Historia: Tsugumi Ohba. Manga:Takeshi Obata)

Death Note #1

Todos los días lo mismo, una y otra vez... Qué aburrido. 

Este mundo está corrupto.

Todas las personas cuyos nombres son escritos en el Death Note mueren. ¿Cómo ha llegado este cuaderno al mundo humano? Su dueño es el shinigami (Dios de la Muerte) Ryuk, que la deja abandonada a propósito, pues le parece entretenido observar lo que un humano es capaz de hacer con él.

En cuanto al dibujo, este tiene bastante detallismo, tratando con mimo hasta el más mínimo componente en cada viñeta. Tiene un ambiente muy oscuro y tétrico, en sintonía con la historia, cosa que se consigue gracias al profuso sombreado. Las expresiones de los personajes están muy conseguidas, sobre todo en las de sorpresa y miedo que tanto abundan. El diseño de los shinigamis es sencillamente genial y terrorífico. En Death Note no se dibujan los objetos; se dibujan sus sombras. El lugar de la acción está siempre bajo penumbra, y del trazo de los movimientos no tengo ninguna queja, aunque estos no son muy abundantes debido a que nos presenta una lucha más intelectual que física.

Light (o Kira, como lo llamarán sus admiradores) es el nuevo poseedor de la Death Note, convirtiéndose en un asesino cuyas armas no son cuchillos ni veneno, sino una pluma y un papel. Mata con inteligencia y ambición, así como con vanagloria. Su meta es lograr un mundo en paz y armonía, y la forma de conseguirlo es matando a todos los delincuentes que alteran ese equilibrio. Quiere ser tan bueno, tan justo, tan servicial con el mundo, que no se da cuenta de que acabará convirtiéndose en un villano. Su ego, su excesiva bondad, y su mente calculadora e inteligente profetizan que en los siguientes tomos será un ser corrupto y manipulador. Kira es un ángel sin alas, un Dios sin religión. Empieza queriendo cambiar el mundo, pero también ansía seguidores que lo adoren, que compongan canciones y recen oraciones para él. Pero sobre todo quiere que los pecadores lo teman y le lloren; ser como otro dios más que no atiende a las súplicas. Porque de eso trata de esta historia: de humanos que se creen dioses.
 

A Kira pronto le surgirá un contrincante mucho menos vanidoso que él, el reservado L, un detective al que nadie conoce, nadie ha visto su rostro ni sabe su verdadero nombre. Lo único que sabemos es que L es que es capaz de resolver casos imposibles. No lo conocemos a él, sino a su máscara. Esta tarda en entrar a escena, pero cuando aparece lo hace por la puerta grande. Su entrada expectacular y su mente privilegiada consiguieron sorprenderme, dejándome con la boca abierta y haciendo que quisiera casarme con su cerebro. 

Es como un jugador de ajedrez que mueve la primera ficha y que con un solo movimiento hace que la mitad de las piezas se caigan y el tablero se parta. Y comienza la partida. Asistimos así al enfrentamiento entre dos superdotados, una lucha que no se desarrolla en las calles, sino en las mentes. Es por eso por lo que Death Note es tan genial: por su trama tan compleja e inteligente, por su psicología y su oscuridad. Es una oda a la inteligencia y a la maldad humana a partes iguales.